dilluns, 2 de març del 2015

Yo comparo el petróleo con el zumo de un limón.


El limón es nuestro planeta.

Al principio, extraer una gota es algo muy sencillo, aprietas un poquito y ya está... con un esfuerzo mínimo extraes el jugo inicial. Con la energía contenida en un barril de petróleo se extraían al principio 100 barriles (TRE 100).

Luego, debes recurrir al exprimidor para conseguir más jugo. Aquí la energía que necesitas aumenta de forma espectacular... pero también la cantidad de jugo. Estamos usando 1 barril de petróleo para extraer otros 25 (TRE 25).

Cuando ya llegas al final has de apretar con mucha fuerza. En esos momentos el rendimiento decae y con la energía de un barril consigues 4 o 5 (TRE 5)... Nos acercamos al agotamiento del recurso y llega un momento en que el esfuerzo para extraer el jugo de limón ya no vale la pena. Has dejado el limón vacío por dentro...

¡Pero aún te queda la cáscara! 

Sí, puedo utilizar agua muy caliente para infiltrarla en la cáscara y en los poros de la corteza del limón, incluso en la pulpa que me ha quedado. Ese agua se mezclará con el poco jugo que quede, con lo que obtendré un zumo de baja calidad... pero sigue teniendo su esencia y sabe a limón. Llegados ha este extremo, la energía que he necesitado para extraer ese último jugo ha sido enorme. Podríamos decir que para sacar 2 o 3 barriles he necesitado 1 (TRE 2)... El esfuerzo ha sido bestial. He recurrido a una técnica agresiva y utilizado un recurso adicional (el agua) a la que, probablemente, deberé añadir algún aditivo como colorante o azúcar para mejorar su apariencia y sabor.

¿Y qué ha pasado con el limón?

 Que ha quedado totalmente desecho. No nos han importado las consecuencias.


El problema es que nosotros vivimos en ese limón.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada